Cuando compramos la casa adosada en el campo de golf Rossmund en Swakopmund en octubre de 2021, también venía con un pequeño jardín. Los propietarios de aquella época eran alemanes y el jardín estaba plantado en consecuencia. Los geranios crecían en un lado, o al menos lo intentaban. Del otro lado, una margarita arbustiva a la que no le fue mucho mejor. Ambas plantas no son originarias de Namibia y necesitan mucha agua, algo que es más escaso en Namibia que en Europa.

Lo primero que hizo Brigitta después de hacerse cargo de la casa fue quitar estas plantas y reemplazarlas con otras que se sienten como en casa en Namibia. Se trata principalmente de suculentas. Sin embargo, también se reserva un pequeño rincón para el cebollino, el romero y la albahaca. Y en la terraza, en grandes macetas, crecen verbena y menta, con las que preparamos un delicioso té cuando por una vez no estamos bebiendo Rooibos de Sudáfrica.

La pieza de resistencia de nuestro jardín, sin embargo, es un arbusto ave del paraíso que actualmente está floreciendo como si no hubiera un mañana. Lo amamos. Y también lo hacen los pájaros y las abejas que buscan néctar en las flores. (Veremos suficientes geranios en los balcones de las casas rurales del Oberland bernés, ¡y ahí es donde pertenecen!)

PS: Si quieres saber más sobre este hermoso arbusto, lee aquí.