
Schön, so weit zu sehen
El 11.11.2017, a las 4:30 am, llegamos a Paranagua. Por una vez no lo cogimos porque estábamos felizmente dormidos. La noche anterior hubo una gran tormenta eléctrica, la primera desde que estuvimos a bordo. Llovió como si fuera agua de un cubo, como éste sólo puede llover en Sudamérica. A la mañana siguiente el cielo seguía siendo más gris que azul. Pero después del desayuno se iluminó. La visita en tierra nos llevó a la Policía Federal. Ahí es donde nos llevaron para que nuestros pasaportes fueran sellados por inmigración. ¡Lo que habría sido una cosa de un cuarto de hora a lo sumo, tomó casi 90 minutos! Lo que el policía tardó tanto tiempo está más allá de nuestro conocimiento.
¡Cuando pasamos el torniquete para salir del puerto, uno de nosotros se quedó atascado! ¡Por supuesto que fui yo! Pero no por la circunferencia abdominal (que también ha aumentado – comemos tres veces al día) sino porque la electrónica del sistema de entrada se rindió. ¡De repente estaba entre rejas! Eso me llevó a la comparación de que Temer, Rousseff y Lula da Silva están entre rejas. Y no a mí. Aunque como mi declaración estaba más en esperanto que en portugués, los policías la entendieron y se rieron a carcajadas. Aquí en Brasil se puede sentir en todas partes que los brasileños tienen más que suficiente de su gobierno corrupto. Será interesante ver qué pasará en las próximas elecciones. Si se escucha la «voz del pueblo», como siempre intento hacer, los brasileños desean a toda la casta de políticos al infierno! ¡O detrás de las rejas! Parece que los brasileños tienen definitivamente suficientes políticos corruptos.
A las 3:30 estábamos de vuelta en el puerto. Allí vimos cómo un camión Scania nuevo se movía fuera de la nave porque su motor no arrancó. Y lo que vimos allí me permitió concluir que yo nunca, nunca, nunca pondría un coche en un RoRo-ship sin acompañarlo. ¡A menos que sea transportado en un contenedor! Se suponía que el Grande Amburgo terminaría a las 4 de la tarde, pero como de costumbre fue más tarde. Casi tres horas hoy. A las 18.30 hs. salimos en perfectas condiciones meteorológicas. Una buena hora después, el piloto abandonó la nave y nos dirigimos hacia el zarate, que está más arriba en Buenos Aires. Este puerto se encuentra a unos 1.400 kilómetros (como vuela el cuervo) de distancia y no llegaremos hasta el próximo martes. Está previsto que nos quedemos allí dos días antes de regresar a Montevideo. Allí llegaremos el próximo viernes, 17.11.2017; alrededor de las 6 de la mañana. Pero hasta entonces, mucha agua fluye por el Rin…