Cuando se acerca la Navidad, el oso anda suelto en Swakopmund. La tranquila ciudad costera se convierte de repente en un lugar en el que hay que buscar plazas de aparcamiento libres y las calles, que de otro modo estarían vacías, se congestionan. Si nos fijamos en las matrículas de los coches, se puede ver que Swakopmund no sólo atrae a los namibios del interior del país, sino también a los botsuanos, angoleños y sudafricanos.
En Swakopmund suceden más cosas de lo habitual durante la época navideña. Hay un mercado navideño, catas de vino y está el Festival Indie, al que asistimos el año pasado. No solo actúan buenas bandas namibias como el Gondwana Undivided, sino que también hay buena cerveza de barril, una gran selección de comida callejera y un gran ambiente. Lo que más nos gustó es que también es una ocasión para familias que vienen aquí con sus hijos. Estábamos rodeados de gente joven. ¡No es de extrañar que ese día nos sintiéramos más jóvenes de lo habitual! Fue un día tranquilo que encaja bien con la época navideña…