
Siempre que estamos en Suiza, nos llaman la atención los coches nuevos, bonitos y caros. La mayoría en el segmento de precios de + CHF 100.000.–. Y muchos de ellos en colores oscuros; la mayoría de ellos vestidos de negro elegante, como si estuvieran conduciendo hacia una funeraria…
Lo primero que llama la atención en Namibia son los numerosos vehículos 4×4 que circulan por la carretera. La mayoría tiene el logo de Toyota (!); y la gran mayoría son blancos. (¡A nadie aquí se le ocurriría comprar un coche negro que se calentaría aún más bajo el sol de Namibia!). Si en Suiza se burlan (con razón) de los numerosos SUV 4×4 y se preguntan para qué sirven, en Namibia la situación es completamente diferente.
El sistema de carreteras de Namibia cubre casi 49.000 km; el 40 % del cual está asfaltado. El resto son pistas de grava, sal o arena. (La red de carreteras suiza cubre 84.868 kilómetros y, de ellos, ¡84.000 probablemente estén asfaltados!). Por lo tanto, no tiene mucho sentido conducir en Suiza un 4×4 de 8 cilindros, 350 CV y equipado con todos los gadgets.
La situación en Namibia es completamente diferente. Si abandonas las pocas carreteras asfaltadas, es una gran ventaja poder pasar a la tracción a las cuatro ruedas. Como lo hicimos, por ejemplo, en Nochevieja y el día de Año Nuevo cuando condujimos hasta las montañas de Erongo. Acampamos allí durante dos noches bajo un cielo estrellado y nos sentamos alrededor de la fogata cuando cayó la noche. Debajo de un árbol se encontraba un Toyota blanco, diésel de 6 cilindros, con 131 CV y 450.000 km, quién ha visto más mundo que todos los coches caros que circulan por Suiza …
PS: Si quieres saber más sobre el sistema de carreteras de Namibia, lee aquí.