Por suerte refrescó durante la noche. Mientras tanto, nos hemos acostumbrado a dormir incluso con temperaturas a los treinta grados. Al menos mientras Orapa lo permita. El gatito a veces nos despertaba a las cuatro para jugar con nosotros. (Gracias a el también vi hace unos días la Cruz del Sur, que ahora sólo aparece en las primeras horas de la mañana).

Nos habíamos lavado el sudor del cuerpo la noche anterior, así que un lavoteo fue suficiente. Los pájaros tejedores ya estaban despiertos y esperando que yo los alimentara y les diera agua; me lo agradecieron con fuertes chirridos. (¡Orapa no estaba interesada en los pájaros y se dedicó a su desayuno!)

Como nos levantamos a las cinco (aquí ya hay luz), pudimos salir temprano. Teníamos una buena razón para eso: hay un sendero para vehículos 4×4 de diez kilómetros de largo que serpentea entre numerosos árboles aljaba. Y estos lucen increíblemente hermosos a la luz de la mañana. Brigitta seguía deteniéndome para tomar fotografías de estos fascinantes árboles. (¡Los árboles aljaba y los baobabs son nuestros árboles favoritos!)

 PS: Si quieres saber más sobre los árboles aljaba, lee aquí.