Han pasado varios meses desde que Brigitta compró una flauta nativa americana en un parque nacional en Nuevo México. Desde entonces, ella es una flautista ávida que tiene un oyente que no distorsiona su rostro, cuando escucha notas incorrectas. Sin embargo, estos momentos se están volviendo más raros y Brigitta toca mejor flauta todos los días. (¡No hay nada mejor que sentarse bajo las estrellas y escuchar sonidos de flauta!)
El 18/11/2019 llegamos a Patagonia, un pequeño pueblo a unos ochenta kilómetros al sur de Tucson. Fue aquí donde Odell Borg, un nativo americano, comenzó a producir flautas de alto espíritu en 1990, que ahora son mundialmente famosas: High Spirits Flutes .
Encontramos el pequeño sitio de producción sin mucha búsqueda y Dany, un compañero de trabajo, nos dio una cálida bienvenida. Las siguientes dos horas pasamos en la sala de exposición, donde Brigitta probó una flauta tras otra. Fue difícil para ella elegir, porque cada uno tiene su propio personaje y tono: A, B, C, D, E, F o G. Cuando salimos de Patagonia, teníamos tres equipajes más a bordo: ¡La flauta Signatura colibrí, fue mi regalo de cumpleaños para Brigitta!
PS. No solo era malo en aritmética, sino que también cantaba y nunca aprendí a leer música. ¡Pero Do-Re-Mi-Fa-Si-Do es un concepto para mí!